Todos los días tus pequeños llegan del colegio sin los lápices que tú le diste por la mañana o los colores que les compraste hace poco, pero ¿Qué puedes hacer para enseñarles que todas estas cosas cuestan dinero y esfuerzo, y que las deben cuidar? Aquí traemos para ti algunos trucos infalibles para que no pierdan sus útiles y más si son de la calidad Primavera.
- Transfiere la responsabilidad: Mientras que tú te encargas de estar pendiente de sus cosas, tus pequeños se despreocupan, así que empieza por decirle que ya no vas a cuidar sus pertenencias, ni buscarlas, ni cargarlas, ni reponerlas cuando se pierdan.
- Simplifica: Cuando ves su maleta o lonchera, piensa en lo mínimo necesario para ser funcional.
- Compra con la participación de tu hijo: Desde la compra de útiles escolares Primavera o uniformes para la escuela, siéntate con él para hacer una lista, llévalo a escoger sus cosas y haz que tu pequeño anote el precio en la lista. Verás como empieza a valorar tu esfuerzo.
- Enseña a tu hijo a hacer un inventario: Cuando recoja su cuarto antes de dormir, ayúdale a hacer una lista de los útiles escolares que todavía sirven, así estará al pendiente de ellos.
- Establece rutinas: Con lista en mano, antes de dormir, tu hijo siempre debe empacar su maleta, checando que la tarea vaya completa y que su estuche de lápices esté listo para el siguiente día.
- Organiza los espacios: si hay un lugar práctico para todo, será más fácil exigir que tu hijo guarde todo en su lugar.
- Dale a tu hijo los medios para reponer cosas perdidas: Si él recibe mesada, puede pagar lo que pierde. Si no tiene nada que invertir, no tendrá nada que perder y no le importará cuidar las cosas.
- No le compres todo lo que te pide: El hecho de ahorrar para conseguir algo le enseña que las cosas cuestan esfuerzo, paciencia y constancia. Va a cuidar lo que a él le cuesta, y va a ser natural que cuide su propia inversión.
- Sé paciente: Cuidar lo que tienes es un hábito que se construye con la práctica. Sin embargo, ningún objeto perdido vale más que la buena relación con tus pequeños. Si el proceso va mejor, entonces celebra los logros pero no te obsesiones con los errores por el camino.
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